Un misterio entre dos continentes...

Pantano de sangre

Preston y Child

Hace doce años en Zambia, la condición para obtener un permiso de caza profesional , según las autoridades, es que se tiene la obligación de matar a cualquier animal que ponga en peligro las aldeas o a los campamentos y en este caso un león había matado a un turista alemán. Se distinguía al animal por su melena roja cosa que lo volvía raro y especial.

Pendergast, un agente del FBI, y su esposa estaban en un safari por Africa cuando se encontraron con este requisito,su esposa tiradora experta  no opuso reparo y se dispusieron a la caceria cuando fueron atacados tanto Pendergast como el porteador, siendo la victima fatal su esposa a la que ataco y se la llevo a rastras.

Luego de varios años, nos encontramos con que Pendergast es llamado por una herencia de un familiar a la zona de Lousianan de donde es oriundo y particularmente va a la mansión familiar.

En medio de su recorrida, se acerca a la vitrina de armas para tocar por primera vez en doce años, el arma de su esposa, y nota que el rifle alguien había reemplazado las balas de verdad por unas de fogueo, convirtiendo lo que fue un accidente en un homicidio.

Junto a su amiga y colega,el teniente Vincent D Acosta irán rumbo a Africa, actuando completamente fuera del sistema para encontrar al asesino.

Y  aquí comienza lo bueno, porque Pendergast  investigara y descubrirá un lado casi secreto de su esposa , saldrán a la luz cosas familiares de la propia familia de Pendergast, sobre la muerte de sus padres y el incendio que lo produjo.

A ellos se sumará la novia del teniente, la capitana de homicidios más joven de toda la policía de Nueva York.

Pendergast quiere hallar el asesino, ¿ por que matar a una bióloga farmacéutica que trabajaba en Médicos con Alas, que ayudaba con programas de higiene, agua potable, y nutrición en el Tercer Mundo?

Una novela que posee todos los ingredientes que puede darte un pantano como persecuciones en lanchas,peligros como los caimanes, o serpientes mocasín, típicos de la fauna, relatos de tesoros enterrados, buscadores de ranas, desapariciones de personas y mucho vértigo y acción.

Hemos conocido a este peculiar personaje con un nombre muy largo, Aloysius Xavier Liluis, disfruta de la gastronomía, detesta la opera, viste de negro y posee una piel palidisima y el pelo rubio muy claro, con ojos grises y una mente fria y afilada.

Fue una lectura muy rápida porque el mismo ritmo lleva al lector a devorar las hojas, en un ambiente muy distinto a los lugares comunes y habituales, que nos gustó mucho.

Gracias por leer, y hasta nuestra próxima reseña!!!

Las búhas se van de paseo al pantano