Las mujeres de Winchester

Tracy Chevalier

Inglaterra años 30

La joven Violet Speedwell, de 38 años parece destinada a la soltería.

La Gran Guerra le arrebato a su hermano y a su prometido como a muchas otras mujeres.

Cansada de soportar las quejas malintencionadas de su madre, decide ir a la ciudad de Winchester en busca de distintos aires, y de una independencia, allí consigue trabajo como mecanógrafa.

En unos de sus ratos libres, decide visitar la catedral de Winchester, en busca de tranquilidad y gozo y será participe de una Reunión de mujeres bordadoras de la catedral, donde se reúnen ciertos días de la semana.

" La catedral también le encantaba por sus vidrieras de colores y los elegantes arcos y tallas, por sus baldosas antiguas, por los elaborados sepulcros de obispos, reyes y nobles, por toda la energía que se puso en construir esas cosas, por todos los creadores a lo largo de la historia"

Lograra que la acepten  y no solo se reencontrara con su deseo de bordar sino con un grupo que le dará seguridad en si misma, cariño, apoyo y amistad.

En los años treinta era el casarse el destino lógico para toda mujer, no solo era una presión social sino también personal.

Violet se siente olvidada, grande para tener hijos y casarse, una mujer sobrante , como llamaban a la mujeres que habían quedado solteras o viudas por la guerra, y aunque solitaria tiene grandes dosis de curiosidad, inteligencia, valor y rebeldía.

"No es fácil ser mujer, y estar sola, nadie lo espera.

aunque somos muchas, somos las mujeres sobrantes.."

También podemos leer como ira creciendo, tomando decisiones con fortaleza y sin temor a el que dirán, debido a la fuerza que ha conseguido encontrar para sobreponerse a todo.

Me gusta muchísimo Tracy Chevalier, mi novela preferida es Las Huellas de la vida, que trata sobre una mujer paleontóloga, y aquí me sorprendió con la historia que narra porque no sabia de los cojines y reclinatorios de la catedral, ni que hubiera un grupo de mujeres que se dedicaban a ello.

Tampoco sabia de los campaneros y el toque de campanas. y que hermosas son las campanas.

Una de las mujeres que llevaba el grupo de voluntarias bordadoras fue una persona real, cuyo nombre fue Louise Pesel, que existió realmente y tejió los cojines, reclinatorios y fylfots( que desconocía que eran) y que se siguen usando hoy en día!!!!.

Esta señora Louise Pesel juega un papel pequeño pero importante en la novela, no solo le enseñara una labor gratificante, sino le dará consejos  que le ayudaran mucho.

También aprovecho el bordado para ayudar a soldados convalecientes con estrés post traumáticos  y mujeres que quedaron viudas, lo que hoy llamaríamos terapia, los colores vivos y la repetición de simples puntadas tenían un efecto calmante, el hecho de hacer algo bonito hacia maravillas en sus nervios.

Me impacta el saber que varias de estas piezas tejidas puedan verse en el museo y que son las

 mencionadas en el libro.

Es una narración con un argumento sencillo y con mucho trasfondo histórico, con muy bellas descripciones que atrapa al lector entre hilos de muchos colores, cenefas, cintas y punto cruz.

Con noches donde las mujeres se reunían junto a la radio, en la sala de estar mientras llovía, y unas leían revistas, otras que eran maestras corregían exámenes o preparaban clases.

" Sus sueños empezaron a llenarse de puntadas de cuadriculas de cañamazo de largas trenzas amarillas, de puntos de arroz color rojos, y gobelinos rosas..."

Esta lectura la conocía al leer el instagram de Laura Ramos, autora de el libro de mi lectura anterior Infernales, que lo menciono como una lectura que conduce por bordados imaginarios, por bancos de catedrales, por clubes de costura y por un Winchester opaco y brumoso.

Hago mía esas palabras porque me sedujo ese ambiente, de la catedral que con un poco de imaginación sentiremos el olor a incienso, o el arte de la campanología que es bastante complejo.

"Los trabajadores de la catedral eran todos voluntarios, estaban las mujeres encargadas de las flores, un hombre colocaba velas nuevas y raspaba las ya quemadas, los hombres que recogían los libros de oración, un hombre lustraba los candelabros de bronce, otro fregaba las baldosas medievales y otras dos mujeres limpiaban todas las superficies..."

Me encanto esta novela histórica, protagonizada por mujeres, es un relato lleno de delicadeza, la atmosfera es perfecta, muy conmovedora,  tratando temas de amor, pasión, feminismo y un toque de humor.

Con este arte que desconocía, así como la campanología, en las iglesias que conozco ( muy pocas) no vi estos cojines, es mas siempre he sufrido ya desde la época de la comunión esos bancos duros para las rodillas, y el tañido de campanas ( que de niños tantas historias se nos ocurría de quien seria el campanero, y nos imaginamos corre que te corre al cura o a un monaguillo) ya es mecánico hace tiempo.

Mi próxima lectura será La chica de la perla, que todos comentan y seguro me la recomendaran!

Muchas gracias por leerme, espero les haya gustado la entrada.

Hasta la próxima, un enorme saludobuho!!!!!!!!!!!!!!!!!